La cebolla es un producto básico de la cocina que no debería faltar en el huerto familiar. Es una hortaliza adaptable a diferentes climas y sustratos, fácil de producir, y apta para el cultivo en contenedor en un huerto urbano. Te contamos cómo cultivarla para que puedas disfrutar de tu propia cosecha. Durante el invierno puedes empezar a hacer los semilleros.
Si quieres cultivar cebollas (Allium cepa) en tu huerto tienes tres opciones: hacer tu propio semillero, comprar directamente planteles, o sembrar microbulbos.
Haz tu propio semillero en invernadero
Siembra las semillas en invierno, calculando que las trasplantarás al huerto en 3-4 meses. Haz la siembra a voleo en una bandeja. Mantén el sustrato húmedo y evita que proliferen las malas hierbas.
Compra planteles de cebolla en tu centro de jardinería
Hay varias épocas de plantación, la primera sería al llegar la primavera y puede extenderse hasta junio; estas cebollas pueden secarse y conservarse durante el invierno. A principios de octubre puedes plantar los planteles que te permitirán obtener cebollas en invierno (enero-febrero); obtendrás bulbos pequeños que deben reservarse únicamente para consumir frescos. Fíjate qué variedades son más aptas para cada época.
• Antes de plantar los planteles recorta un poco las hojas (y las raíces si son muy largas) para que agarren mejor.
• Plántalos en hileras en un sustrato de textura media, dejando unos 15 centímetros entre ellos para que el bulbo crezca correctamente. No los entierres demasiado y dales agua tras la plantación.
• Haz unos tres riegos de implantación a lo largo de los primeros días; después puedes espaciarlos: cada 7-20 días según el clima y la época de plantación.
• Mantén la zona bien escardada, ya que las cebollas son especialmente sensibles a la competencia de las malas hierbas.
• En suelos arcillosos tendrás que hacer ligeras cavas con regularidad para eliminar la costra que se genera tras los riegos y que perjudica el engrosamiento de los bulbos.
• El exceso de abonado es perjudicial para la salud de las plantas, y el exceso de riego puede generar agrietamiento en los bulbos y una peor conservación en la despensa.
• Deja de regar las cebollas al menos 15 días antes de cosecharlas si las vas a secar.
• Una costumbre muy extendida es pisar los tallos cuando están aún en tierra para acelerar el proceso de secado y favorecer que cierre bien el bulbo. Si las vas a consumir frescas, coséchalas día a día, escogiendo las más grandes.
Microbulbos para adelantar la cosecha
Los microbulbos se siembran en agosto y septiembre para obtener una cosecha precoz cuando las condiciones climáticas no facilitan la germinación de la semilla ni el desarrollo del bulbo.
• De una manera sencilla y con menos laboreo, en 10-12 semanas permiten conseguir cebollas tempranas para consumir en verde. Como tienen reservas acumuladas son más resistentes en las primeras fases del cultivo; se desarrollan de forma rápida y vigorosa, y ofrecen una buena producción, con bulbos de gran calibre y un alto contenido de materia seca, lo que contribuye a su conservación.
• Su manejo es similar a cuando se usa plantel, exige el mismo marco de plantación y se riega con la misma periodicidad. Al llevar a tierra los pequeños bulbos cuida que las raíces queden hacia abajo y no los entierres demasiado.
En la columna de la derecha te sugerimos cuatro variedades de cebolla para tu huerto.
Calçots para las brasas
Los calçots son una delicia gastronómica originaria de Cataluña, que consiste en sembrar bulbos maduros de cebolla ‘Blanca grande tardía de Lérida’ en septiembre para obtener brotes tiernos a finales del invierno y principios de la primavera. Debes trazar un surco en la tierra con buen tempero (que no esté completamente seca ni mojada) y sembrar los bulbos en hilera con las puntas hacia arriba. Riégalos solo si el sustrato se seca mucho. A medida que las plantas vayan creciendo tendrás que calzarlas (de ahí el nombre), es decir, aporcarlas, tal como se hace con los puerros, para conseguir el largo tallo blanco de 20 a 25 centímetros característico de los calçots.
Se pueden consumir como cebolletas o prepararlos a la manera tradicional, asándolos a llama viva y dejando que se quemen por fuera. Al quitarles las capas más superficiales encontrarás un interior tierno y dulce. Prueba a comerlos con la típica salsa romesco y entenderás por qué este sencillo plato es tan apreciado.
Cebolletas para las ensaladas
Las cebolletas (Allium fistulosum) se diferencian de las cebollas en que su tallo no engrosa hasta formar un gran bulbo. Su cultivo es muy similar pero con algunas particularidades. A menudo la cebolleta se siembra directamente en la tierra. Deberás hacer un surco y sembrarlas a chorrillo en él. Cuando las plantitas hayan crecido un poco necesitarás realizar un aclareo para eliminar el exceso de ejemplares. Al tener un diámetro menor, su marco de plantación puede ajustarse más. Apórcalas con un poco de tierra, de forma similar a lo que harías con los puerros, para que el tallo quede más blanco.
Fuente: Verdeesvida.es